Fuente Noticia: hoy.es
La presa es «la más afinada arquitectónicamente» de las presas antiguas de Extremadura mientras que la ermita es conocida como la ‘Capilla Sixtina’ de Extremadura
El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado en su edición de este jueves dos resoluciones por las que se inician los trámites para declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de monumento la Presa de Zalamea de la Serena y la ermita de Nuestra Señora del Ara de Fuente del Arco. La Consejería de Cultura ha incoado ambos expedientes.
La Presa de Zalamea es una de las presas más representativas de la región. A juicio de José Antonio García-Diego, quien fuera ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, esta presa es «la más afinada arquitectónicamente» de las presas antiguas de Extremadura, dándose la particularidad de encontrarse alejada de las principales zonas donde existen presas antiguas en Extremadura.
La presa comienza a construirse en 1780 y se concluye en 1816. Sus promotores fueron el marqués de Casa Mena y las Matas, y el conde de Torre Arce y son especialmente reseñables sus elementos decorativos barrocos, emplazados en el muro de contención de la misma.
Del mismo modo, hay que reseñar que el BIC consta de la presa y de la ermita de San Cristóbal, de sumo interés y vinculada ambientalmente a la presa, motivo por el que se ha incluido como parte integrante del bien.
La ermita de San Cristóbal está construida mediante mampostería, ladrillo y sillería en las esquinas. Consta de una capilla de forma cuadrangular cubierta por bóveda de crucería de cuatro nervios, con ménsulas y clave de granito, bien trabajados y nervios de ladrillo.
El estado de la misma es deficiente, carece completamente de cubierta y uno de los plementos de la bóveda está muy deteriorado, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Así, y para la preservación de los valores del monumento se procede a la delimitación de un entorno que se considera adecuado, teniendo en cuenta su emplazamiento, para preservarlo de aquellas acciones potenciales futuras que puedan «dificultar la correcta visualización del bien».
Ermita Nuestra Señora del Ara
Por otro lado, el DOE ha publicado la resolución por la que se vuelve a incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, de la ermita Nuestra Señora del Ara en Fuente del Arco (Badajoz).
En 1993, la entonces Consejería de Cultura y Patrimonio inició el expediente para su declaración como BIC, llegando a inscribirse provisionalmente en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura.
Con la resolución que publica el DOE se retrotrae el procedimiento dejando sin efecto la incoación de 26 de agosto de 1993 y se da cumplimiento a la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, en la que se articula la necesidad de la descripción del BIC a declarar como tal, así como su patrimonio inmaterial asociado, los bienes muebles asociados a ésta y una delimitación gráfica del bien incoado.
La ermita de la Virgen del Ara, conocida como la ‘Capilla Sixtina’ de Extremadura debe su singularidad a que tanto su nave, como el presbiterio y el camarín están completamente decorados con pinturas murales de varias épocas y se sitúa en el término municipal de Fuente del Arco en un valle «de gran belleza paisajística».
El edificio se localiza en torno a un patio y a una serie de construcciones agropecuarias vinculadas a la ermita desde antiguo. El origen de la actual ermita se relaciona, en primer lugar, con un posible asentamiento romano y con continuidad en el periodo visigodo. Por otro lado, la ermita guarda igualmente relación con una posterior aparición mariana.
Las pinturas murales son el elemento más interesante de la ermita y la convierten en un edificio «realmente único». Las pinturas están pintadas al temple y recubren todas las paredes y las bóvedas.
Asimismo, abundantes elementos decorativos vegetales, antropomorfos y geométricos enmarcan y rodean las distintas escenas y una especie de friso corrido a modo de trampantojo separa las pinturas de los muros de las de la bóveda de la nave.
Las pinturas más antiguas corresponden a finales del siglo XV y son las del zócalo del templo. Por encima del mismo, en las paredes de la nave, hay representadas estaciones del Vía Crucis. La decoración de la bóveda de la nave es del año 1736.
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